lunes, 6 de octubre de 2025

Ataduras

Cada época tiene sus cadenas.
Un eslabón de esta es ir retransmitiendo al segundo cómo vivimos. Se envían y se ven fotos como para montar millones de vidas distintas, aunque iguales: encuentros, comidas, anécdotas, lugares, logros, bromas. 
Somos testigos de cada paso, cada estado de ánimo, cada evento. 
Nos bombardean y contraatacamos bombardeando, no podemos quedarnos atrás o dejaremos de existir.
Convertidos en personajes de nuestra propia ficción diaria, nos vemos viviendo, nos reducimos a fotos, porque parece que recordar lo que vemos desde nuestros ojos ya no sirve: debemos vernos viéndonos mientras nos ven.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Escapar

Los años pasan, se escurren; lo vivido nunca es lo que se deseó; se mira atrás con cierto recelo, añorando lo que se hubiese realizado mientras se barajan esos "si hubiera..", atascados en esa certeza de equivocación, aliviada al intuir que no todo se hizo mal.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprehendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Mensajeros

Leyendo sobre el pueblo armenio, que también le tocó vivir el horror de su genocidio en este siglo pasado, supe historias de sus deportaciones contadas con esa magia, entre superstición y fe, característica de ellos; sus andares bajo el terror lo llevaron con una dignidad serena.
Una de las historias es la que fragmento ahora: para comunicarse entre las distintas zonas donde iban siendo arrastrados y ubicados utilizaron un método de lo más ingenioso.
Llamaban a uno de los niños huérfanos, los padres no les dejaban irse de su lado, que aún tuviera fuerzas y dándole comida para el trayecto y órdenes detalladas de cómo moverse por la noche hasta llegar el emplazamiento final, le limpiaban la espalda, y lo hacían tumbarse con los brazos en cruz. La piel sin grasa por la falta de alimentos era perfecta para hacer las veces del papel, le escribían con una pluma toda la superficie hasta la rabadilla, y el niño aguantaba el dolor, al principio más soportable, luego menos, de la punta de la plumilla rasgando su espalda. Una vez terminado el mensaje, se le ensuciaba la piel con lodo para que no se viese lo que llevaba si lo apresaban y lo mandaban al otro lado, con la advertencia de que si lo iban a coger se tirase al río Eúfrates, por cuyos márgenes iría hasta el campamento, para que mojada, la piel escupiera la tinta y nadie leyese lo que no tocaba. A la vuelta era el mismo proceso.
Mensajeros de mensajes vivos.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Momentos

Esa paz cuando tocamos lo intangible,
cuando escuchamos lo inaudible:
el canto del viento,
el murmullo de las hojas,
el baile del agua,
el moverse del mundo,
el girar de las estrellas,
el silencio de los astros,
el fondo del tiempo.
Esa paz cuando lo intangible nos toca.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Días

Unos días uno se siente invencible, otros vencido.
El día se desenfoca, o se enfoca tan bien, que duele de lo nítido. 
Lo que miramos permanece igual, lo que varía es nuestra mirada.
Somos quienes ponemos o quitamos voz. Nos contamos o silenciamos. 
Puede que eso nos haga unos invencibles vencidos. 
O unos vencidos invencibles. 
Depende del día.

lunes, 1 de septiembre de 2025

Renovación

    Unos días donde la rutina ha cambiado, donde los paseos han sido otros, luces, gentes, estímulos distintos. 
    Un caos ordenado, un orden caótico que ha modificado rutas, al estar donde no debería haber estado, se han entrecruzado momentos que no habrían sido posibles sin esos kilómetros de tinta, de caminos, de ideas.
    No solo se empieza un año cuando se empieza; los años los comenzamos cada día, cada hora, cada segundo. 
    Este lo cerraría con folios blancos manchados de palabras, a espera de un año que entrará sin grandes esperanzas pero con pequeñas ilusiones.
    Son días retales; los restos que quedan de lo que se esperó, esperando que el nuevo tejido tengo un diseño más luminoso.

lunes, 25 de agosto de 2025

Ayer

    A veces, te das de bruces con objetos del pasado, te encuentras contigo misma, la que eras, la que recuerdas y ya no eres. 
    Tantas cosas olvidadas que se resisten a ese olvido y esperan salir de nuevo a la luz. 
    Encontrarlas es una jugada del tiempo, ese continuo discontinuo que siempre sorprende.
    Cuando te topas con tu pasado, olvidas el presente para ir hacia atrás y mirar tu yo borroso de ayer. Recuperas sensaciones, te asalta el olor, la luz, revives lo que se hizo antes y después de ese tiempo apresado. 
    Te ves como alguien querido que ya no está, quedan esos recuerdos que testifican quien fuiste, que esbozaban quien serías. Quien eres. O no.
    Los acaricias, les exiges que te cuenten cómo fue su vida contigo, que recuperen la viveza de cuando eran imprescindibles. Deseas volver a soñar como soñabas.
    Trazos de un pasado que, por mucho que creas olvidado, está presente en ellos, lo inundan todo.
           Y ahí estás, de pie en tu hoy, mirando tu ayer.